CERRADO POR ATARDECER

Con este blog quiero compartir con vosotros estos relatos fruto de vivencias, experiencias, reflexiones, etc.etc. Por tanto la mayor pretensión es que os gusten y os animéis a dejar algún comentario o sugerencia para animar y motivar futuros escritos que ayuden al crecimiento personal y alejarnos en la medida de lo posible de fatalismos y mediocridades.



UN ABRAZO A
TOD@S

lunes, 30 de enero de 2012

DOS CUADROS Y UN ESCRITO




Hay días en los que a uno le pilla la introspección y encima lo agradece, sobre todo cuando se dan todas las circunstancias proclives para ello: estar de rodríguez,  acatarrado, frío intenso en el exterior, cuesta empinada de enero y tener pendientes ciertos asuntos a regalar.  Hacía tiempo que no dedicaba una tarde  a dibujar y ello me ha hecho revivir viejos tiempos de horas interminables frente a un caballete con la música de fondo, paz en el interior y una escultura que debía perder una dimensión en su tránsito a mi lienzo e intentar que no se notase demasiado. El ejercicio pictórico de hoy no por ser más naif es de menor importancia ya que los cuadros a regalar llevan sendos mensajes que dan que pensar. El primero de ellos reza así: "Los sueños no desaparecen si no los abandonas".  Digamos por el momento que el dibujo está diseñado para los niños y el mensaje para los adultos, vamos como las películas actuales de Walt Disney o las de la factoría Pixar en las que todos los públicos salen contentos y felices. Aunque desgraciadamente no todo es tan happy flowers  y no puedo por menos de acordarme hoy de más de cuatro mil personas que se van al paro de una tacada y se suman a  otras 5.273.600, porque una empresa de la noche a la mañana decide que no vuela mas amparándose en el comodín de la puta crisis.  Ojala todos aquellos que aún tienen sueños no cejen en su empeño de perseguirlos y devolverle a esta sinrazón  asentada en la economía, la prima de riesgo, la estabilidad del euro y la confianza en los mercados un poquito de cordura y demostrar que detrás de cada número y estadística subyace una gran parte de la población ávida de verdad y de justicia  para poner a cada uno en su sitio y empezar a construir estas ruinas sobre nuevos y sólidos pilares donde la ética sea la argamasa que lo sostenga todo. A la mediocridad se la combate con autenticidad, a la avaricia con generosidad y a los que consiguieron los pocos derechos que nos van quedando les debemos respeto y memoria. Supongo que no es casualidad que a sociedad y  suciedad solo le separe una vocal y además sea la más cercana.
            Mientras avanza el dibujo decido aromatizar el tranquilo momento con un café pausado que me hace salir del estado de concentración necesario que el pulso requiere en ese instante. Cuando finiquito el primer cuadro pego un brinco hacia el segundo con un mensaje no menos elocuente: "Los que se quieren se miran, se tocan, se hablan, se miman, se besan, se abrazan, se cuidan, se entienden y son muy muy felices" y todo con una caligrafía infantil que me transportó a los cuadernillos rubio y me hizo aprender a desaprender si realmente quería conseguir el efecto imitación de los tiernos infantes que se adentran en el mundo de los adultos a través de la escritura. Y me dio por pensar en lo bien que nos iría a todos si de vez en cuando desaprendiéramos muchas cosas y en ese resetear la vida volviéramos a ella con inocencia, ternura y mucha imaginación. La música también juega un papel esencial en este ambiente que he conseguido crear y para ello decido seleccionar al gran Ruibal en su versión más sinfónica ­-Sueños- y a la gran Dulce Pontes cuyos armónicos estremecen y consiguen llenar de magia y de fuerza el instante en el que ella canta.
Una vez terminados los cuadros decido cenar y, acto seguido, me pongo con este escrito que marca el colofón a un sábado tranquilo, fructífero, acogedor y distinto. Del café paso al ron Santa Teresa y la música casi imperceptible de Herbert Von Karajan me va diciendo bien entrada la madrugada que este sábado ya no da más de sí. Espero que cuando me levante mañana siga viendo y pensando que esta jornada ha merecido la pena. Al fin y al cabo dos cuadros y un escrito no se paren todos los días ¿no?
Toño Villalón