La escena transcurrió en un
pueblo de Asturias, aunque a decir verdad podría haber sucedido en cualquier
lugar porque el dónde es la anécdota y el qué, es la triste y cruda realidad
personificada.
Los personajes de esta “toma” los
conforman un superhéroe, una madre y una hija. Analizo uno por uno a los
personajes aportando la referencia del día, la hora y la climatología que
contextualizaba la secuencia. Lunes 2 de septiembre de 2013 a las 10:45 de la
mañana, donde el sol brillaba y aportaba luz y calidez a lo que estaba a punto
de suceder.
Sentado en un banco se encontraba
inmóvil nuestro personaje de videojuego, perfectamente caracterizado, que hasta
los que nunca hemos jugado con él, sabemos a la perfección su nombre, y lo que
tiene aún más mérito, su apellido. Se trababa del mismísimo Super Mario Bros,
el cual recibiendo los primeros rayos soleados del día esperaba y esperaba.
Posiblemente esperaba un saludo de sus muchos incondicionales con los cuales ha
compartido puntos y partidas, o tal vez regresar a la pantalla y al mundo
virtual del que nunca debió salir. Pero él seguía allí, albergando en su
interior a vete a saber quién, viendo pasar el tiempo y a la madre y a la niña que se iban
acercando.
La niña abrió los ojos de la sorpresa
-esos que consiguen ver en gran angular cuando interesa- al descubrir al personaje,
como encontrando a un conocido al que solo los niños saben reconocer y saludar.
La niña iba de la mano de la que parecía ser su madre, por lo tanto el paso de
ambas era firme y dirigido, lo que no impidió a la criatura saludar con la mano
libre a su colega de universo infantil, con la energía y emoción propia de
quien acaba de encontrar a un vecino o amigo de planeta.
La supuesta madre , y a una
prudente distancia, vio iluminar el semblante de la supuesta hija, pero en
ningún momento aflojó el paso para que esta se recrease con el gran Super
Mario, por lo tanto el saludo fue efímero y duró lo que dura una pasada a paso ligero
por delante de un superhéroe.
Hasta aquí todo más o menos
normal, en un lunes de verano Asturiano donde no falta de nada y el ritmo del
pueblo es el habitual después de un domingo invadido por los turistas que
buscan descanso, paisajes y gastronomía. Vamos un paraíso que por un instante
te hace olvidar tanta crisis, tanta miseria y tanta mediocridad política que
acampa en este nuestro resignado país.
Perdón, pero llegado a este punto
de la historia hay un pequeño detalle que no me deja olvidar este rejodido contexto económico,
social y político al que hago alusión. Todo era idílico en el paraíso natural,
sino fuera porque el gran Super Mario sostenía un cartón en sus manos y en su
inmovilidad en el que se podía leer: Necesito una ayuda. Mario.
Y pensé que mal van las cosas en
un país cuando sus superhéroes piden ayuda a los mortales. ¿Qué nos quedará por
ver y a quién? No nos hagamos muchas ilusiones con Hello Kitty y Bob Esponja
porque nos pueden sorprender a la vuelta de la esquina y vete tú a saber
haciendo qué. Y mal van las cosas también cuando en cualquier lugar un adulto
es incapaz de explicar a un crío la realidad que no se ve o que no se quiere mirar.
En fin…así nos sigue yendo.
Toño Villalón